Tod@s nos hemos dado alguna vez un baño de color, una coloración permanente o nos hemos hecho unas mechas en el cabello pero, ¿cómo cuidamos la melena después del tratamiento de coloración para que el color permanezca más tiempo o para que el cabello esté nutrido y vigoroso?
La capa exterior de las fibras de cabello se llama cutícula y está formada por unas escamas que si permanecen cerradas y pegadas entre ellas, van a convertir la melena en un cabello brillante, sano y con menos riesgo de rotura. Cuando nos teñimos el cabello o nos realizamos unas mechas estamos abriendo esa cutícula para introducir el pigmento o el “color” dentro de la fibra del cabello. Una vez finalizado este proceso, es importante volver a cerrar la cutícula y llevar unos cuidados especiales para mantenerla cerrada.
Si la cutícula del cabello permanece cerrada, el pigmento del tinte quedará sellado durante más tiempo dentro consiguiendo una coloración intensa y vibrante durante muchas semanas. Además, el cabello también se ve más brillante y resistente, ya que su superficie será más uniforme y fuerte. ¿Y cómo conseguimos estos resultados?
En primer lugar, es fundamental utilizar un champú sin sulfatos de pH ácido. Los sulfatos arrastran la grasa y las células muertas del cabello y cuero cabelludo pero también arrastran pigmentos y dejan el cabello más expuesto a las agresiones externas. Un pH ácido consigue unir las escamas de la cutícula para sellar el pigmento dentro de ella y aporta mucho brillo.
En segundo lugar, es muy importante utilizar un acondicionador específico para cabellos teñidos después de habernos lavado el cabello. Los acondicionadores específicos suelen incluir activos que nutren y suavizan la superficie del cabello para reforzar su cutícula y protectores solares, ya que el sol también degrada el color. Una vez a la semana, es recomendable usar una buena mascarilla para cabello teñido que también lo nutra en profundidad, y le aporte la elasticidad que necesita.
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